domingo, 16 de octubre de 2011

Teatro dentro del teatro (parte I)

Qué cambio, cuánto tiempo sin verte, te has cortado el pelo. Un cambio radical, a ti te noto distinta, más mujer. Ya no me llamas pequeña. No me parece justo, qué haces. Ahora o últimamente. Ya sabes, me refiero a todo, qué tal te va. Muy bien, supongo que me lo he ganado, y tú. Como siempre, sigo quejándome de los veranos y refugiándome en los inviernos. Aún no te has mudado a Rusia. No, el norte me ha cerrado todas sus fronteras. No te las habrás cerrado tú. Puede, quién sabe, mi mente sigue siendo tan complicada como la de cualquier ser humano. Habrás abandonado tu pasión por el norte y el frío pero no por la retórica. No te olvides de mi afición por la ironía. Jamás, me la contagiaste tú. No hablemos de contagios. Por qué. Me contagiaste tú más de muchas otras cosas: París, romanticismos, óperas, cafés a todas horas. No, los cafés fuiste tú. No te parece coincidencia encontrarnos aquí. Dónde, en frente del café París, por qué lo dices. Es tan fácil engañarte, no puedo evitar llamarte pequeña. A qué te refieres. No te das cuenta verdad. Qué dices. Contigo pude interpretar mi mejor papel, fue como una obra de teatro, el público era mi imaginación, y tú y yo, nosotros, los actores principales, los únicos de la escena, el resto estaba vacío, la decoración se derrumbó y ambos nos salvamos, nuestro aprecio no. Deja de llamarlo aprecio, era amor. Sabes que no. Deja de fingir que todo te da igual, deja de ocultarte. Eso hago, lo intento cada día, intento desesperadamente conseguir el papel, para interpretar mi mejor papel en el teatro de tu vida, de nuestra vida, pero esta vez sin disfraces, con público, con futuro.

Para, para, no me gusta como queda, demasiado autobiográfico. Qué pretendes decir, a excepción del café no hay nada mío, ni tampoco tuyo. Y nuestro. Tampoco nuestro, no sé qué relación ves en el comienzo de la obra con lo nuestro. Supongo que todos los tópicos relacionados con París, cafés, ironías, frío, teatros y actores me recuerdan a ti. Demasiadas cosas te recuerdan a mí, quizás deberías olvidar algo. Cuando quiera olvidarte tendré que invadir y destruir París. Basta, no quiero oír más la palabra París. Rompe el papel. Voy a acabar talando un bosque entero con mis ideas banales. [...]

domingo, 28 de agosto de 2011

La luna me sabe a poco, poquísimo

"Descorchar recuerdos", es una frase que, al menos para mí, desprende melancolía en toda su esencia. Y es ese sentimiento melancolía tan ambiguo que es posible odiarlo y desearlo en cuestión de segundos.

Ojalá pudiese, además de almacenar recuerdos, guardar junto a ellos una pizca de las sensaciones que envolvieron esos momentos. Pero como la ciencia aún no ha inventado algo capaz de proteger y (...) esas cosas tan frágiles y a la vez potentes como son los sentimientos las palabras siguen siendo el mejor modo de envolver los recuerdos aún frescos y bañarlos de sentimientos que se secarán como flores puestas al sol y sin agua en un florero.

(Intento 1 de escribir una historia alegórica, o al menos con símbolos, para poder hablar y comprenderme sólo yo)

"En el aire se respiraba el olor a tormenta, grandes nubarrones en el cielo lo anunciaban, sin embargo las cuatro paredes que lo/la encerraban le impedían ver más allá de su cerebro (?). Se encontraba en stand-by, un coche a punto de lanzarse cuesta abajo con el freno pisado que de vez en cuando se suelta y el coche empieza a deslizarse por la ladera. Era fácil de ver para aquellos que no tenían vendas en los ojos, las vendas de la vergüenza y de la duda.

El freno perdía efectividad, las ruedas estaban listas para echar a rodar, y de repente, como suceden casi todas las cosas que esperamos, sin previo aviso, el coche se lanzó por la cuesta con los frenos rotos. La tormenta estalló y la televisión se encendió sin tocarla, la luz del stand-by se apagó y se iluminó toda la pantalla. En su conjunto, el todo parecía sonreír, aún sin creerse el fenómeno de la lluvía, de los rayos y de los truenos, de la gravidad. La casualidad no es un fenómeno concreto pero sirve para dibujar el sentido del todo. El todo sonreía, esta vez sin tapujos, la lluvia y el coche se dirigían sin rumbo por un cielo lleno de viento y una carretera sin señalar, llena de baches. La televisión viajaba de canal en canal, desde los documentales sobre leones y ballenas hasta el porno/la pornografía destapado/a.

(Y) La televisión continuó encendida, sin nadie que guiase su incansable búsqueda, la lluvia siguió golpeando las ventanas y las paredes, como queriendo derruirlas para abrir las mentes de aquellos demasiado encerrados en el miedo y la duda, y el coche aceleraba y desaceleraba con las cuestas y las laderas de las montañas, sin frenos de ningún tipo, sin motor, ni siquiera con ruedas, sólo con el espíritu".

(Fin del relato, creo que mañana no lo comprenderé ni yo, y si lo hago prometo dibujar un croquis para explicarmelo en un futuro próximo).

Hasta esta y hasta otra, para antes de dormir: Marea, "La luna me sabe a poco" (cuánta razón).


miércoles, 24 de agosto de 2011

He olvidado la costumbre de recordarte, qué fácil parece ahora.

Ahora... Ahora sólo sé describirme con una palabra: éxtasis. Será cuestión de tiempo (días) que desaparezca pero, what the fuck? Y eso que me digo en silencio "stop it, stop it", es contradictorio en definitiva. Sin embargo, esas ganas de sonreir y de ¡oh! ¿bailar? Síiii, quiero bailar.

Vale más una canción que mil palabras (y mucho más cuando las palabras son escritas con sentimiento de euforia reconcentrada)



Qué difícil se me hace decir que estoy feliz, como cuando llevas esperando a los reyes durante todo el año, una sensación parecida. Y aun así nos encanta ver el lado negativo a las cosas.

Buzzinga!! (The Big Bang Theory). Ahí lo dejó, eso es todo lo que diré.

A medida que releo lo que escribo me doy cuenta de que cada vez es más y más mierda, pero como no tengo reputación con las letras me importa más bien poco.

Pido perdón por la entrada, sólo merece la pena la canción pero, ¡¡es que necesitaba decirlo!!

domingo, 31 de julio de 2011

Ilusiones

Ímpetu, ganas de algo que se convierte en una parrafada sin sentido y que acaba colgada en la web. De nada servirá de nuevo invertir toda mi energía en expresar lo que ni yo entiendo.
No hay solución, ¿será mejor así?

Estoy empezando a comprender el mundo como un océano, algo inmenso y sin lugar para detenerse, sólo agua. Agua sola. Y como olas que cruzan este océano, que miden la intensidad de nuestros sentimientos. No es que desaparezcan, es que se atenúan. No sé si me explico.

Imagina ese sentimiento tan sobrecogedor como la euforia, el sentirse capaz de todo; éso es la cresta de ola, justo antes de romper en la orilla. El resto son sólo aproximaciones a emociones más fuertes, hasta que estallan, se convierten en espuma y desaparecen.

En fin... No quiero decir que son tonterías porque dentro de mí sé que no lo son. Llevo un tiempo sin ejercitar esa deliciosa capacidad de comunicación a través de papel y boli//teclas.

No me gusta decir eso de "éste es tu día" o "éste es tu momento", ¿eso significa que el resto de los días o momentos no lo son? Qué pena acordarme todas las noches de lo mucho que quiero mejorar y olvidarme justo antes de levantarme.

¿Algo más? Todo está un poco desordenado, son pensamientos sueltos que voy acumulando o que surgen al momento.

A propósito del título... Son las ilusiones las que me inundan sin sentido. Me da miedo confiar en mí misma, en creer lo que veo y oigo. Porque todo está tamizado por mí, eso no puede ser bueno. Tamizado, o transformado por mis expectativas. Aunque intento no tenerlas. Qué malo es pensar. Espero que desaparezcan cuando deban. El resto del tiempo me dan igual, sólo sirven para alegrarme un poco más el día.

Yyyyyyyyyyyyy por último: oyoyoyoyoyoyoyoyoy

viernes, 17 de junio de 2011

Ays

No sé si es momento de hablar, quizás sea el mojito el que hable por mí, o los "tanguitos" de esta tarde. Música que te hace moverte, pero no sólo bailar, también actuar, activarte. Como un interruptor atascado. Y es que sólo necesito...

No es el momento, no es apropiado decir nada por aquí.

El día que me quieras... ¡El mundo será mío!

Un último café antes de partir, antes de que te vayas.
Detrás de una cabeza, siempre por una cabeza perdemos la nuestra. Y qué más da...
Vivan los locos que inventaron el amor. Las frases alegres y la música.
Frases sueltas que tienen más sentido que veinte páginas juntas.
Siempre pasa, siempre pasa, pasa lo mismo. Los pensamientos vuelven a su casa, mi mente, vacío de todo menos de ti.
¿Cómo es que siento tu aliento...? Me olvido y no consigo recordar que tengo que olvidar. Y luego pienso, ¿para qué? ¿Soy más feliz olvidando?
Claro que no, es un manguito que me salva de ahogarme.
Esta calle no tiene salida, ni siquiera entrada. Entonces, ¿cómo llegué aquí?

Si me quisieras, la luna se volvería negra.

A dormir, cansada de pensar siempre en lo mismo. Dulce madrugada.

sábado, 30 de abril de 2011

What's the meaning of life?



Hace tiempo, en clase de inglés, me lo han preguntaron y no supe qué responder. Al final contesté lo primero que se me pasaba por la cabeza y que más o menos se ajustaba con mi "perspectiva de la vida": fijar y alcanzar metas. Cuánta exactitud, la vida es algo muchísisisimo más abstracto, lo de metas parece referirse sólo al tema profesional. Pero si lo que estás buscando es mi definición técnica... Sí, supongo que es algo parecido a éso. También puede pasarte por la cabeza la siguiente respuesta: "el sentido de la vida es encontrar la felicidad". Y te quedas: "uahu, ¿te lo has currado, eh?"

Pero si le busco un sentido más interno, algo que me salga de dentro de verdad... Qué difícil se me pone, "¿cuáles son tus metas en la vida?", una pregunta que me pone nerviosa. Como si en la vida ya tuvieses que tener un plan sobre el cual actuar de manera premeditada y fija. Brrrr, qué va, no lo veo así. Pero sin embargo tampoco me parece correcto no tener metas en la vida. Y es que sí que tengo objetivos y metas en la vida lo que pasa es que no he definido el camino ni la duración de este trayecto. Hay un especial que está en la cumbre del Everest, a kilómetros de altura. La cima me parece tan lejana y el recorrido tan imposible.

Y ahora unas preguntas simples, ¿en qué consiste la felicidad para ti? Una vez mi tía me dijo que apuntase en una papel 20 cosas que me hiciesen feliz y que intentase hacer 5 cada día. Algo así como una terapia.

sábado, 19 de febrero de 2011

Uhum

Parece que últimamente no hago más que recibir señales, si es que existen las señales lo cual dudo mucho. Como necesitasemos que nos empujasen a actuar... Espera, es verdad que más de una vez necesitamos un empujón para empezar a hacer algo, qué digo un empujón, necesitamos una maldita pistola en la cabeza para tomar una decisión.

¿Y si las señales nos la buscasemos nosotros? Nos inventamos indicios que nos animan a hacer lo que de verdad queremos y nuestra mente (perezosa mente...) nos "protege" diciendo que es mucho mejor esperar, que las cosas llegan solas. Y eso es lo que me gusta pensar, que ya llegará todo lo que tenga que llegar...

Y es que estoy taaan cansada de imaginar que se me ha hecho hasta aburrido. No está bien esperar tanto, con miedo del qué me dirá. De verdad que esas señales son desesperantes, ¡que paren ya! Porque de todas las cosas que tengo la cabeza, uf, cuántos pájaros hay, sólo son ideas que no soy capaz de canalizar (esta palabra me recuerda a los canelones) todo lo que quiero en acciones, como si fuese un embudo atascado.

Arrr... Let me think...
Arrr... Stop thinking!

Seguro que se podría escribir una canción con ese estribillo... Me falta el ritmo... Ah, no no, ya lo tengo.

Venga va, a la próxima señal lo hago...

sábado, 5 de febrero de 2011

Let it be?

Espero que pienses en mí cuando oigas esa canción.

Y antes de dormir, "Oh dear" de Brandi Carlile.



Oh dear out here
Everybody stumbles on fear
Who cares if we’re scared
Everyone is on their own

It’s only you that my heart desires
Only you alone can know my pain
All alone you were sitting there
Folding pages for your paper chain

Now you can cut me free (now you can cut me free)
So when it all unfolds (so when it all unfolds)
We’ll be holding hands and go on
Together you and I forever

Heart breaks mistakes
Catching up to me in old ways
I know of hard days
Had my share of lonely nights

Its only you that my heart desires
Only you alone can break my fall
I pace the floor and I wish for more
While you were dreaming with your paper dolls

Now you can cut me free (now you can cut me free)
Forever say goodbye (forever say goodbye)
Or well be holding hands and go on
Together you and I forever

Poor dear out here
Everybody stumbles on fear
Who cares if you’re scared
Everyone is on their own

Oh dear.

lunes, 24 de enero de 2011

Prrrrrrr

A ritmo de canciones que tienen una especie de ente mágico capaz de animarte, casi las 2 de la mañana y no puedo dormir, o quizás es que no quiero. La calefacción debajo de la mesa me está quemando las rodillas y el cerebro. Si no fuese porque tengo que preocuparme por los exámenes no me preocuparía por nada más, parece que después de una época revuelta la "calma", si es que hay que llamarlo así, ha vuelto. O mucho mejor, la montaña rusa en la que voy montada las 24 horas del día está bajando la cuesta más alta, a toda velocidad, el viento frío sopla y no hace otra cosa que airearme el cerebro y la mente. No empecemos con metáforas, cuando escucho este tipo de música (Pink "Raise your glass" o Eminem "We made you") no suelo escribir.

El relato a medio escribir que sigue sin argumento, sólo un puñado de folios con mala calígrafía, párrafos fruto de momentos de inspiración mezclados con desesperación y una pizca de desaliento por mi parte. Un grito sin sonido ni letra. Quizás algún ordene todo lo que tengo así, éste lo termino, prometido.

Además, tengo que empezar a renovar el blog y dejar de escribir sobre mí para hacerlo con cosas mucho más importantes. Se puede hacer de todo y yo no hago más que centrarme en mis intereses...

Virus MEP, ya hablaré más sobre ese tema, ahora es tarde y voy a intentar dormir algo si mañana quiero abrir los ojos sin usar alicates.

martes, 11 de enero de 2011

Maybe

La noche inmensa, más inmensa sin ella. Sentí el frío de la cama, más frío sin ella, la almohada no se dividía ya en dos reinos donde la frontera había perdido su forma. Su lado del colchón se endurecía a medida que transcurría el tiempo. Cada mañana igual, me despertaba, suspiraba y sonreía en un simple intento de parecer normal. Como si mi orgullo no estuviese tan frío como ese colchón sin ella. Mi orgullo y mi pasión acompañados de todos mis sentimientos. Mi interior estaba tan vacío como un cuadro en blanco. Dicen que es imposible pensar en blanco, no pensar en nada. No lo creo, aunque sea por un instante, todos nos hemos quedado transpuestos tras una noticia impactante. Así estaba yo, congelada y rígida ante una habitación vacía de su ropa y su risa.

Su foto me sonrió, recordaba ese momento como uno de los más felices de mi vida. Han sido tantos y sin embargo ese uno de los pocos que aún perduran en mi memoria de un pez que muere por tu boca. Tu risa me evadía en ese mismo instante, tus ojos parecían hablar con voz propia. Y mi rostro lucía una sonrisa tan fácil de identificar... Y de repente, sin más, cogí el marco para sacar la foto. Guardé el marco en cualquier cajón libre de inutilidades. La foto perdió sentido para mí, al menos aquél que yo le había concedido.

Sin pensarlo dos veces salí a la calle dispuesta a encontrar su pedazo de cama vacía y explicarle que por muchos ojos que mire de frente sólo serán los suyos los que me sobresalten. No, demasiado artificial... No le podía decir eso a alguien salida de serie.

La encontré como siempre, en su mundo de oficinas y tacones altos, disfrazada de una chica alta y guapa conocida por saber cómo encender a los hombres. Esperé mucho tiempo hasta que por fin salió de aquel infierno disimulado con cuero y mesas grises, iba acompañada de un traje con cerebro y sombrero, ambos sonreían alegremente, sólo uno lo hacía de verdad. Creí que no me había visto, al parecer no paso tan desapercibida ante sus ojos.

Me miró como sólo ella sabía mirarme, observando mi interior, buscando mis sueños en la cuenca de mis ojos. Todo estaba fuera de lugar, ella con sus tacones, yo con mi no-sonrisa, en un lugar donde el tiempo tiene dueño y el dinero está en carteras de piel. Me decidí a escapar convencida de que no se arriesgaría a seguirme. Error, se montó en la moto con mi propio casco, creo que quería ir a alguna parte...

De regreso a mi casa llena de luz y de su ausencia se quito los tacones en el ascensor y paseó sus pies envueltos de una fina media hasta mi vestíbulo. No hacía falta decir nada aún, el perdón se palmaba en mi cara y su sonrisa iba llenando la suya, qué sencillos somos tan de vez en cuando... Sin pausa y sin prisa nos atrapamos en una marea de piel y huesos, qué fácil es hacerse un castillo...

No volví a encontarme a oscuras.

lunes, 3 de enero de 2011

Querida..

“Hueles a perfume de mujer” pensé que me diría pero, como tantas otras noches, no dijo ni una sola palabra cuando yo me deslicé en nuestra cama. La abracé y no obtuve respuesta, siempre igual, tan fría y tan distante. Nunca me hablaba y yo era incapaz de hacerla entrar en calor. Su dureza me hacía creer que nuestra relación jamás había estado viva. Y yo ya no sabía ni qué pensar o decir. Así es que la dejé marchar con él. Abandonó el colchón para irse al suelo con el cojín, maldita la hora en la que lo compré. La despedí sabiendo que no encontraría otra almohada como aquella, capaz de hacerme descansar y respirar tranquila en esa cama tan vacía.




Eh, bonita imagen, ¿no?